
El Castillo Múrciula fue habitado durante muchos siglos por una cruel dinastía de terribles patos vampiro, los condes de Múrciula. Se dice que a estos seres horrendos se los puede destruir clavándoles una estaca en el corazón o exponiéndolos a la luz del sol. Sin embargo, esto no es suficiente ya que vuelven a la vida por medio de un rito secreto, que se puede realizar una vez al siglo, cuando la luna está en la octava casa de acuario:
Alejo: sangre de ala de murciélago...
Laly: iré por ella.
Pero la última reencarnación no funcionó...
Ema: salsa de tomate!
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